La Pascua y la Primera Causa
Es universalmente reconocido el símbolo del huevo como elemento distintivo, ornamento y onomástico del período de Pascuas, tanto es así que regalar o recibir un huevo dulce, de chocolate, es un acto tradicional en nuestra cultura contemporánea. Sin embargo, dicho símbolo consta de una larga historia que data de la incorporación como un elemento sagrado en la cosmogonía de los pueblos antiguos, que fuera reverenciado tanto por su forma como por su misterio interior.
Las antiguas escuelas de misterios explican de forma narrativa la razón de esta reverencia por el simbolismo primigenio (…)
Desde las primeras concepciones de la persona, símbolo del huevo, se estableció como elemento que representaba — el origen y el secreto del ser -. El desarrollo gradual del germen imperceptible dentro de la cáscara cerrada; el trabajo interior, sin ninguna interferencia externa que de la nada latente produce un algo activo. Elemento de contención que no necesita nada salvo calor; y que habiendo evolucionado gradualmente a una criatura viviente concreta, rompió su caparazón y dió lugar a los sentidos externos.
Las antiguas escuelas de misterios explican de forma narrativa la razón de esta reverencia por el simbolismo primigenio. La “Primera Causa” no tenía nombre, forma o rasgos, hasta que fue representada en la imaginación de los pensadores como un — pájaro siempre invisible y misterioso que arrojó un Huevo al Caos -, un huevo que se convierte en el Universo. Un ejemplo de ello, es el Brahma, que fue llamado Kalahansa, o “el cisne en Espacio y Tiempo” quién se convierte en el “Cisne de la Eternidad”, y pone al comienzo de cada Mahamanvantara (período cíclico de tiempo — según la cosmogonía hindú), un Huevo de Oro, tipificando de ésta forma el gran círculo en sí mismo, como símbolo del universo y sus cuerpos esféricos.
La representación simbólica del Universo y de nuestro planeta es otra vertiente muy arraigada en las tradiciones antiguas. Al principio, las representaciones gráficas del universo y los cuerpos celestes eran un Círculo y una Esfera. Indicando que, de alguna manera la forma aovada de nuestro globo debe haber sido conocida desde el comienzo de la simbología, ya que fue adoptada de manera tan universal.
La primera representación del Cosmos en forma de huevo fue la creencia más difundida de la antigüedad. Fue un símbolo adoptado entre los griegos, los sirios, los persas y los egipcios. “Seb, el dios del Tiempo y de la Tierra, se dice que puso un huevo, o el Universo, un huevo concebido a la hora del grande de la Fuerza Dual”
Con los griegos, el Huevo Órfico es descrito por Aristófanes, y fue parte del esquema Dionisíaco, entre otros; durante los cuales se consagró el “Huevo del mundo” o “Huevo filosofal” y se explicó su significado mediante un relato.
Al principio en el universo no había nada, salvo un basto y oscuro vacío llamado Caos. En aquel Caos surgió una fuerza creadora, de la cual surgió la hermosa Eurínome. Eurínome no hallaba dónde posar sus pies, entonces surgieron Hydros y Thesis, mares primigenios.
Eurínome disfrutaba de las olas y el agua, y mientras jugaba con sus manos haciendo figuras, hizo una alargada, a la cual la fuerza creadora le dio vida, y entonces surgió Ofión, una serpiente. Eurínome y Ofión se llevaron bien y cuando Eurínome quedó embarazada de este, se transformó en una paloma y puso un enorme huevo, a cuyo alrededor se enrolló Ofión siete veces para empollarlo.
Hydros y Thesis tuvieron dos hijos, Chronos, el tiempo, y Ananké, el inevitable destino. Ananké se entrelazó con su hermano y juntos rodearon el huevo primigenio.
Al calor del cuerpo de Ofión, el huevo se abrió, y de él salieron todas las cosas que existen; todos los planetas y astros, el cielo, la Tierra y el mar. También de él salieron las montañas y el lugar más profundo de la tierra, todo en un universo ordenado gracias al enlace constructivo de Chronos y Ananké, que permanecieron eternamente entrelazados como las fuerzas del destino y el tiempo que rodean el universo, guiando la rotación de los cielos y el interminable paso del tiempo.
La creencia de que el universo existía al principio en forma de huevo era generalizada y transversal a las creencias de la época.
La Masonería, respetuosa de las creencias y receptáculo de antiguas tradiciones, celebra el renacimiento de la persona en su materia sutil invitando a predisponernos a un nuevo ciclo de renovado trabajo.
Respetable Logia Libertad Creadora N° 57 — La Plata.