8 de julio — Aniversario de la promulgación de la Ley 1420.
“Las escuelas son la base de la civilización”, con esta frase, el Padre del Aula, Domingo Faustino Sarmiento, expresaba de manera clara y concisa el valor que tenía y aún tiene la educación para una sociedad.
Hoy se conmemora un nuevo aniversario de la promulgación de la Ley 1420, que establece la educación primaria común, gratuita y obligatoria. La masonería en Argentina, actor necesario para el encause de dicho evento histórico, celebra la educación como derecho inapelable.
Promulgada durante la presidencia de Julio Argentino Roca, es considerada la base primordial del sistema educativo nacional. El eje fundamental se centró en la gratuidad y obligatoriedad escolar con el objetivo de que la escuela fuera un medio al alcance de todos los niños y niñas. Un aspecto importante de esta ley fue que a través de ella se determinó la separación de la educación común de la educación religiosa, un paso crucial para la educación laica. Si bien no prohibió la enseñanza de la religión, existen referencias importantes, un ejemplo de ellas es el art. 8, que expresa:
“debe impartirse la educación [religiosa] antes o después de las clases obligatorias y sólo a través de — los ministros autorizados de los diferentes cultos -“.
En la idea de pensar la educación como un derecho, la Ley 1420 establece la — educación común — desde la igualdad, resultando el basamento de un proyecto que aúna el debate educativo del siglo XIX, e inaugura el debate educativo del siglo XX.
La ley 1420 estableció principios que la Masonería defiende y eleva desde sus inicios.
La Libertad, puesto que a partir de la promulgación de dicha ley, la sociedad toda pudo gozar de un nivel cultural y de comprensión de la realidad poco común para el mundo en ese momento,
La Igualdad, a partir de la ley 1420 la educación se convirtió en una herramienta niveladora sin distinción de ningún tipo. La nueva Argentina que nacía en las aulas pudo, por primera vez en la historia, ver a los demás como sus iguales, con los mismos derechos, oportunidades y obligaciones.
La Fraternidad, las aulas se convirtieron en aquel lugar en donde el niño nunca volvió a estar solo, con una maestra como guía, conoció el compañerismo, la participación, el acompañamiento, y forjó sus primeros lazos fuera de su familia.
Aquel 8 de julio de 1884, quizá solo un visionario como Sarmiento fue capaz de ver que con una sola ley se gestó el destino de los millones de hombres y mujeres que aún a día de hoy no han nacido. La Masonería, involucrada de pleno en aquellos actos, continúa sosteniendo dichas banderas, y comprende que el paso del tiempo debe hacer evolucionar y fortalecer los pilares que hicieron grande a la Argentina; la Educación es sin duda, el pilar más importante.
La Respetable Logia Libertad Creadora N° 57, conmemora la sanción de la Ley de Educación Común, a partir de la cuál, La Escuela y la educación de nuestro país cambiaron para siempre.