2 de abril de 1982
El ideal masónico, eminentemente humano, aspira a la Universal Fraternidad de los hombres y de los pueblos. La Orden considera que un medio para llegar a esta es la lealtad y el amor a la Patria, sin menoscabo ni detrimento alguno respecto de la patria de los demás hombres. Este acto es considerado una Virtud masónica, así como un esencial deber cívico.
El 2 de abril de 1982 se ejecutó la operación militar de desembarco de las tropas argentinas en las Islas Malvinas, ocupadas por Inglaterra desde 1833, según se tiene registro. Al margen de las valoraciones políticas y de distinta índole que se han realizado — y se seguirán realizando — desde aquel día, este evento constituyó un acto de reafirmación de la soberanía nacional, con efectos jurídicos y políticos de importantes dimensiones. Pocos días después Inglaterra movilizó sus tropas, iniciándose el único conflicto bélico que conoció la República Argentina durante el Siglo XX.
El conflicto armado concluyó el 14 de junio de 1982, con la rendición de Argentina. Su desarrollo provocó la muerte de 649 soldados argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños. Asimismo, se registran cerca de 1000 soldados argentinos heridos — muchos de ellos mutilados -. Tan sensible como estas cifras, es la que registra aproximadamente 500 suicidios de soldados argentinos desde que finalizara la guerra, como consecuencia de traumas y trastornos psicológicos propios de las circunstancias vividas.
El 22 de noviembre del año 2000 el Gobierno Nacional estableció el 2 de Abril como el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas, formalizando un sentir nacional que reconoce y debe Gloria y Honor a todos los compatriotas que entregaron su vida en defensa de la Patria.
En este día, en una nueva conmemoriación de tan cruciales eventos para nuestro país, la Respetable Logia Libertad Creadora Nº 57 de La Plata, conmemora y recuerda a nuestros Caídos y Veteranos, reproduciendo las palabras del Dr. Nicolás Avellaneda, quien fuera Presidente de la Republica entre los años 1874 y 1880, cuando en 1877 — en un aniversario de la Batalla de Maipú, y exigiendo la repatriación de los restos del General José de San Martín — dirigió a todos los ciudadanos argentinos estas potentes palabras, que en este día más que en ningún otro, debemos enaltecer: “Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la conciencia de sus destinos y aquellos que se apoyan sobre sus tumbas gloriosas, son los que mejor preparan el porvenir”.
